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Valoración y tasación inmobiliaria: ¿en qué se diferencian y cuándo necesitas cada una?

Cuando decides vender una vivienda, alquilarla o simplemente conocer su valor real en el mercado, es habitual encontrarse con dos conceptos que pueden generar confusión: valoración y tasación inmobiliaria. Aunque ambos se refieren a la estimación del valor de un inmueble, cumplen funciones diferentes y responden a necesidades distintas. En este artículo te explicamos qué diferencia hay entre una valoración y una tasación, para que sepas cuál necesitas en cada situación.

¿Qué es una valoración inmobiliaria?

La valoración inmobiliaria es un estudio orientativo que ofrece una estimación del precio de mercado de una propiedad. La realizan habitualmente agentes inmobiliarios o expertos del sector, y su objetivo principal es ayudarte a determinar por cuánto podrías vender o alquilar un inmueble en función de las condiciones del mercado actual.
Este tipo de valoración no tiene validez legal, pero es esencial como punto de partida para tomar decisiones informadas. El valor se calcula teniendo en cuenta aspectos como la ubicación, los metros cuadrados construidos y útiles, el estado de conservación, las calidades, el entorno y la demanda en la zona.

¿Qué es una tasación inmobiliaria?

La tasación inmobiliaria es una estimación del valor económico de un inmueble que sí tiene validez legal. Es obligatoria cuando se necesita presentar un informe ante un banco, una administración pública o un juzgado, por ejemplo, para solicitar una hipoteca, resolver una herencia, formalizar un divorcio o calcular el valor fiscal de un patrimonio.
Esta tasación debe ser realizada por un profesional acreditado (como un arquitecto, aparejador o ingeniero técnico) y validada por una sociedad de tasación homologada por el Banco de España. Además, se rige por una normativa específica que establece los criterios técnicos a seguir.
En la tasación se tienen en cuenta muchos de los factores analizados también en una valoración (ubicación, estado del inmueble, superficie, instalaciones, orientación, calidades), pero con un enfoque más técnico y detallado. Además, se revisa la documentación del Registro de la Propiedad para comprobar que no existan cargas, deudas o afecciones urbanísticas.

¿Cuándo se usa cada una?

La valoración inmobiliaria es perfecta para propietarios que quieren conocer el precio de su vivienda en el mercado antes de lanzarla a la venta o alquiler. Es una herramienta rápida, orientativa y adaptada al movimiento real de la oferta y la demanda.
En cambio, la tasación inmobiliaria se utiliza cuando se necesita un documento oficial con respaldo legal. Por ejemplo, si estás tramitando una hipoteca con una entidad bancaria, será imprescindible entregar una tasación homologada. Lo mismo ocurre si debes justificar el valor de una propiedad en un proceso judicial o de herencia.

¿Qué opción te conviene más?

Si estás dando los primeros pasos para vender tu vivienda, lo más recomendable es comenzar con una valoración inmobiliaria. Con ella conocerás el valor de mercado actual y podrás tomar decisiones con criterio.
Ahora bien, si tu operación requiere documentación oficial, deberás solicitar una tasación inmobiliaria formal mediante colaboradores certificados.
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